jueves, 30 de junio de 2016

Tras las huellas de... Fortún Garcés el Monje

Fortún Garcés es el tercer y último rey de la dinastía Iñiga. El viernes pasado, día 1 de julio, se publicó la semblanza de este rey en las páginas de Diario de Navarra. Con esta entrada me despido hasta septiembre. Tras el verano recuperaremos la historia de los reyes de Pamplona y Navarra, con la llegada de la dinastía Jimena.



 ¡Real, Real, Real!
Aunque su nombre hace referencia a la suerte, la vida de Fortún Garcés se puede considerar de todo menos afortunada. Fue rehén de los vikingos en 859 y prisionero del emir Muhammad I en Córdoba durante veinte años. En las crónicas árabes aparece nombrado como al-Anqar, el tuerto. En las cristianas, como el Monje. Regresó a Pamplona en 880 y se encontró un reino totalmente desconocido. En el año 905, Sancho Garcés, con la connivencia de Alfonso III de Asturias, el conde Pallars y el conde Galindo Aznar II de Aragón, le arrebató la corona. Octogenario, cansado y agotado, se retiró al monasterio de Leyre, donde murió.
• Tiene una calle dedicada en Cintruénigo y otra en Nájera.
• El Hotel Los Siete Reyes, de Ainsa (Huesca), tiene una habitación con su nombre.



jueves, 23 de junio de 2016

Tras las huellas de... García Iñiguez

García Iñiguez es el segundo rey de Pamplona de la Dinastía Iñiga. No te pierdas su semblanza, mañana viernes, día 24 de junio, en las páginas de Diario de Navarra. Aquí os dejo, como siempre, un aperitivo.



¡Real, Real, Real! 
En sus primeros años, García Iñiguez cambió las montañas, los verdes valles y los bosques del norte de la península por la ciudad de Córdoba; donde cuentan que se educó. Más tarde, se enemistó con su tío Musa ibn Musa, con quien su padre siempre mantuvo una estrecha alianza. Fue enemigo del emir de Córdoba y aliado de Orduño I y de Alfonso III de Asturias. Y vio, seguramente con resignación y pavor, cómo los vikingos llegaban a Pamplona, arrasándolo todo y convirtiéndolo en prisionero.

• García Iñiguez fundó el monasterio de Santa María de Fuenfría. Está situado a la entrada del valle del Roncal, cerca de Salvatierra (hoy provincia de Zaragoza), en la orilla del Esca. El documento fundacional, según expone Ana Isabel Lapeña Paúl, en su trabajo El monasterio y priorato pinatense de Santa María de Fuenfría en la Edad Media, cita a García Iñiguez, al obispo Wilesindo de Pamplona y al abad de Leyre, Fortún, como los fundadores del monasterio. Dice este documento que edificaron la iglesia de Fuenfría bajo la advocación de Santa María. Para ello, sigue diciendo Lapeña, la dotaron de manera conveniente, siguiendo la premisa de que no se podía consagrar una iglesia sin que existiera una importante concesión de bienes. Parece que designaron para esto todo el monte Miano hasta el vado de Garona.
• El rey García visitaba Leyre todos los 21 de octubre para celebrar el día de las santas vírgenes. Consta que el años 876, siendo obispo Ximeno, el rey hizo una donación a Leyre con ocasión de esta onomástica.
• En 1613 se abrieron dos arcas de Leyre donde se suponía descansaban los primeros reyes de Pamplona. En una de ellas solo se hallaron los restos correspondientes a una persona. En la segunda encontraron hasta quince. En el receptáculo había también sedas, cetros reales y empuñaduras de marfil. Entre los restos llamó la atención un cadáver que tenía dos heridas en la pierna, cerca del tobillo, claramente reconocibles como lesiones producidas por una espada o falange. Y a este cuerpo se le identificó como el de García Iñíguez, porque de ningún otro rey hay testimonio de que muriera por este tipo de heridas.
• En algunas crónicas se dice que García Iñíguez murió en 870, pero hay un documento fechado en 878 en el que el rey revalidó la donación hecha a Leyre. Y en él se dice que "la hizo para remisión de los pecados y nombradamente, por las almas del rey don Iñigo, su padre y el rey don Ximeno, su abuelo", según consta en los Annales del Reyno de Navarra. Por lo que parece más acertado pensar en la fecha de su fallecimiento como 882.

viernes, 17 de junio de 2016

Tras las huellas de... Iñigo Arista

Hoy comienzo en Diario de Navarra una serie de semblanzas sobre los reyes de Pamplona y Navarra.
Iñigo Arista, primer rey de Pamplona de la dinastía Iñiga, inaugura la sección. Aquí os dejo algunas anotaciones para abrir boca.


¡Real, Real, Real! 
Iñigo Arista fue el bastión sobre el que se asentó la familia Iñiga en el siglo IX. El hombre que forjó alianzas, el guerrero que luchó contra el poder de Córdoba y el de los francos, el líder que se ganó el afecto y la admiración de los vascones, quienes lo convirtieron en su primer rey. De él decían que era hombre de gran fortaleza y valor y que, cuando entraba en combate, se encendía como una arista.

Iñigo Arista aparece nombrado en el Códice Meyá como primer rey de Pamplona. En las crónicas árabes, como emir de los bashkunis. Y en las de Rodrigo Ximénez de Rada, como varón del condado de Bigorcia. San Eulogio lo nombra Chisticolae princeps.
• Estableció relaciones fuertes con todos los grandes señores de las tierras colindantes a las suyas. Su hija Assona se casó con Musa ibn Musa, hermanastro suyo. Su segunda hija, pudo llamarse Nunila, lo hizo con García el Malo, conde de Aragón. Su nieta Belasquita se desposó con Mutarrif ibn Musa. Su nieta Iñiga, con Aznar Galindo II de Aragón. Y su bisnieta Onneca, con el emir de Córdoba Abdallah I. Onneca engendró a Muhammad, asesinado en Córdoba por su hermano al-Mutarrif en el año 891. el hijo de Muhammad fue Abd al-Rahman III. Onneca fue repudiada y regresó a Pamplona, casándose con Aznar Sánchez. 
Estatua de Iñigo Arista en Madrid. D.C.
• Fue coetáneo de Abd al-Raman II, emir de Córdoba; Carlomagno y San Eulogio, entre otros.
• Tiene dedicada una calle en el barrio de Iturrama de Pamplona y otras localidades navarras como Milagro, Villafranca, Peralta, Castejón o Valtierra. En el Salón del Trono del Palacio de Navarra hay una pintura suya de cuerpo entero, obra de Joaquín Espalter. En la plaza de Oriente de Madrid, junto al Palacio Real, hay una estatua dedicada a Iñigo Arista, ejecutada en piedra caliza, en la que aparece con ropas romanas y bastón de mando. La estatua forma parte de un conjunto escultórico de veinte figuras de los primeros reyes de España, proyectado en el siglo XVIII, y ejecutado bajo la dirección de los escultores de la Corte, Juan Domingo Olivieri y Felipe de Castro. Cuando se adecentó el Paseo Sarasate en 1885, se pidieron a Madrid todas las esculturas de los reyes navarros para colocarlos aquí. Pero, por alguna razón, solo se enviaron seis y, de ellas, únicamente dos pueden ser identificadas como reyes de Navarra: Felipe III y García Ramírez. Iñigo Arista también tiene dedicada una escultura moderna en una rotonda de la Avenida de Navarra, de Pamplona.
https://es.wikipedia.org/wiki/Pe%C3%B1a_Oroel#/media/File:2012_Oroel_04.jpg
• Si quieres seguir sus huellas, no dejes de visitar los valles del Roncal y Salazar, Urraúl (donde se enclava Aristu), Baigorri, Baiguer, Baigarra, Baigura y Bigüezal. Y si quieres vivir la leyenda, viaja hasta el monte Oroel (Huesca), donde se dice que fue levantado sobre el escudo, reconociéndolo así como rey. Fueron testigos trescientos caballeros, el obispo de Pamplona y los Banu Qasi.