viernes, 2 de diciembre de 2011

La catedral de Pamplona

Dicen que los pamploneses no tenemos especial devoción por el estilo neoclásico y que por eso no apreciamos en su justa medida la extraordinaria fachada de nuestra catedral. Un proyecto del arquitecto Ventura Rodríguez que ejecutó, por expreso deseo de este, Santos Ángel de Ochandátegui; dotando de vida lo que tan solo parecía un dibujo.
Dicen que no entendemos el lenguaje de las campanas y que nos molestan. Pero hubo un tiempo en que ellas eran las transmisoras de noticias, nos avisaban de incendios, de muertes, de visitas y nos alertaban de posibles invasiones. La torre norte de la catedral de Pamplona cobija la campana María; la segunda más grande de Europa. Pesa diez toneladas y su badajo dos. Su tañido se escucha en toda la cuenca de Pamplona. Y ese sonido se utiliza para diferenciar lo qué es cuenca de Pamplona de lo que no es.
Dicen que el oficio de campanero estaba mal pagado y que para sustentar a su familia, los campaneros debían contribuir con otros trabajos como embalsamar a los miembros del cabildo, adecentar el templo, perfumarlo, colocar flores... A cambio, se aseguraban que el oficio continuaría en su familia como herencia. La casa del campanero de la catedral de Pamplona es un adosado de tres plantas que permitía al campanero llegar veloz hasta las torres para tocar las campanas. Esta casa estuvo ocupada hasta los años ochenta.
Dicen que el anterior archivero-bibliotecario, Goñi Gaztambide, que murió en 2002, poseía más de ocho mil libros que se han incorporado a la biblioteca Capitular recientemente. La biblioteca de la catedral es un rincón de estilo rococó donde todo está perfectamente colocado y ordenado. En ella se guardan diferentes códices, incunables y quince mil volúmenes antiguos. Solo poderla contemplar es ya un goce para la vista y pasar los dedos por entre aquellas páginas un deleite del alma.
Dicen que la sacristía de la catedral de Pamplona es un buscado juego de simetrías, donde una puerta puede abrirte paso a otra sala o simplemente mostrarte el interior de un armario. Una sala abigarrada llena de colores y de espejos con uno de los lavamanos más peculiares y preciosos que existen.
Dicen que bajo el suelo del antiguo palacio se esconden retazos de la historia de nuestro reino. En las obras de excavación que se están llevando a cabo, han aparecido restos interesantes que se pueden datar en el siglo I antes de Crito y I después de Cristo. También ha aparecido una calzada romana, un pequeño silo o almacén, el antiguo dormitorio de los canónigos y un pozo de los no deseos. Se ha encontrado también, entre otras, una moneda de Sancho VI el Sabio y otra de Luis le Hutin.
Dicen que la capilla de San Jesucristo era la capilla personal del obispo de Pamplona. Esta capilla fue construida a finales del siglo XII. Posee una reja gótica y una ventana de albastro.
Dicen que el refectorio tiene el tamaño de la capilla Sixtina. El refectorio era el lugar donde los reyes navarros, tras ser coronados, recibían a los invitados de las casas europeas. Por eso, los nervios de su techumbre contienen los diferentes escudos de las casas reales que han tenido algo que ver con nuestro reino. Allí tenían lugar también las reuniones de las Cortes y, con motivo de su celebración, se interpretaba el pasaclaustro, hoy conocido como himno de las Cortes de Navarra.
Dicen que la torre chimenea de la cocina es impresionante. Y lo es. Un enorme tubo que asciende hacia el cielo rodeado de cuatro pequeñas chimeneas. El pasaplatos que comunicaba con el refectorio, hoy permanece cerrado.
Dicen muchas más cosas, pero no te las voy a contar todas. Es mejor que las descubras.

jueves, 6 de octubre de 2011

Adiós Steve

Recuerdo claramente la primera vez que un Mac entró en mi casa. Entre otras cosas, porque tomé una foto de él una vez instalado. (Aunque no hubiera hecho falta hacer la fotografía para acordarme). Antes había habido otros: un ZX Spectrum y un Amstrand, pero debo reconocer que no había habido feeling entre ellos y yo. Han pasado muchos años desde aquella primera vez, en que el sonido de Apple se escuchó en mi habitación. Desde aquel día no ha parado de sonar. Ahora escribo desde uno de ellos, no desde aquel que ya se quedó obsoleto, sino desde otro más grande, más plano, pero igual de sencillo y de original.
No es que me haya sorprendido la muerte de Steve Jobs, porque era algo que se sabía que podía suceder en cualquier momento. -Precisamente este domingo, en el Semanal XL venía un pequeño reportaje sobre él y su mujer-. Pero no por eso he podido dejar de sentir una pequeña angustia dentro y una gran tristeza. El hombre que quiso cambiar el mundo, nunca dejó de imaginar, nunca dejó de creer, nunca dejó de crear. Porque también creó. Detrás de cada una de sus pequeñas genialidades, hay mucho de arte y de diseño.
Cuando el hombre se empeña en dejar su huella en el mundo pueden suceder dos cosas. O aparece un socavón lleno de cadáveres o un invento genial que hace felices a miles de personas y saca sonrisas de ellas. Agradezco que Steve Jobs haya sido una de estas últimas. Mi Mac y yo nos entendemos perfectamente.

lunes, 18 de abril de 2011

Violetas para Olivia

El nuevo libro de Julia Montejo, Violetas para Olivia, huele a nuevo entre mis dedos. Lo meto dentro de la bolsa que me acaban de dar en la librería Elkar, pero presiento que allí se siente incómodo. Espero ansiosa que llegue la villavesa número 4 y, como Fátima Frutos, -que acaba de hacer la presentación del libro-, aprovecho el caminar renqueante del medio de transporte que me llevará a Barañáin para pasar la primera de las páginas.
Las primeras pinceladas de lo que será una gran obra se presentan suaves, concisas, seguras, haciéndome avanzar en silencio y con deseo por la marcada vida de Madelaine. Para cuando José Luis aparece en escena ya estoy enganchada a los misterios que se entrecruzan entre los años y las generaciones. Las palabras escritas, trazadas con pulso firme y seguro me hacen pensar en las huellas del alma. Y me pregunto también si esa sensación que a veces he tenido en algunos lugares que me ha llevado a declarar con contundencia "yo ya he estado aquí antes haciendo esto", no será si no parte de esa herencia silenciosa que queda marcada en el alma.
El cuadro de la vida de Madelaine y de los Martínez Durango se va completando. Sobre las sombras comienzan a aparecer los colores y sobre los colores las sombras y las tonalidades. Me embarga esa sensación contradictoria que se apodera de ti cuando has conectado con una historia. No quiero acabarla, pero sé que ya nada podrá hacer que me detenga hasta el último punto. Y al llegar al final, sonrío.

Título: Violetas para Olivia
Autora: Julia Montejo
Editorial: mr ediciones Martínez Roca

domingo, 30 de enero de 2011

Tarde de gloria

Las tardes de gloria en el Sadar se cocinan con muy pocos ingredientes. Bastan unos gramos de pundonor con un equipo entregado, un litro de entusiasmo en la grada, un par de puñados de arrojo, una cucharadita de trabajo infatigable y una pizca de fuerza de voluntad. Si a esto le añades un árbitro que no ve las faltas que comete el contrario, mientras a nosotros nos fríe a tarjetas y unos arietes formando en el equipo rival doblegados y convertidos en sus peores enemigos, tienes ganada una estrella en la guía Michelín.
Así son las tardes de gloria en en Sadar, rematadas con el postre. Un gol que revienta la grada y convierte al mejor vino de Rioja en un caldo normalito. El sabor que se te queda permanece durante toda la semana y el lunes es menos lunes, la semana menos semana y el finde queda mucho más cercano.