Cerco de Artajona
El Cerco de Artajona es más impresionante si se llega a él a través del casco urbano, ascendiendo lentamente, encontrando en cada recoveco un poquito de ese pasado glorioso donde reyes, obispos y canónigos convivieron durante siglos. Porque Artajona también fue reino durante un breve periodo de mediados del siglo XII.Una vez arriba, por unos instantes crees estar en la cima del mundo. Y el viento, que juega burlón con tus cabellos, trae aromas de espliego y manzanilla.
Si miras atrás, descubrirás las torres cúbicas que defendieron hieráticas la majestuosidad del lugar. Hoy quedan en pie nueve, pero debieron ser catorce. Y podrás admirar también la iglesia de San Saturnino y los restos del donjón o torre del homenaje que permanecen como tronco talado para dar constancia de su existencia.
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