Tengo la impresión, por algunas cosas que he escuchado estos días en torno al tema educativo,
de que muchos creen que los alumnos han perdido este curso completo. Y nada más lejos de la
realidad. Las clases presenciales se suspendieron a partir del 16 de marzo (el 13 algunos solo
fueron a recoger libros y cuadernos). Para entonces, los alumnos ya habían sido evaluados de
dos trimestres y habían hecho varios exámenes correspondientes a la tercera evaluación. De
lo que quedaba (queda) de curso, hay que restar los días de vacaciones de Semana Santa y
algunos festivos como el día del padre u otros según comunidades y semana azul… Por lo que
creo que la materia que quedaba por dar no es tan abundante como para no poder pensar en
una manera de gestionarla (bien en este o en el próximo curso). Además, los profesores y los
alumnos se han organizado (de forma extraordinaria y sacando a relucir
las facetas más originales e imaginativas) para poder seguir dando clases. Me consta que los
compañeros se están ayudado entre sí para explicarse materias que no entienden y los
profesores están encima para seguir la evolución de todos los estudiantes en las diversas asignaturas. Yo misma he hablado ya tres veces con el tutor de mi hijo para corroborar que todo seguía el curso establecido.
Bien es cierto que hay alumnos que, por diversas circunstancias, no tienen acceso a las nuevas tecnologías. Pero he visto casos en los que los propios profesores han ido a las casas de los alumnos a dejar las tareas. Es en estos casos en los que el Ministerio de Educación se tenía y se tiene que involucrar para que estos alumnos puedan seguir las materias de manera apropiada. No creo que sea de recibo que ahora, cuando alumnos y profesores se han volcado en seguir las clases, vengan a
decir que en ningún caso hay que adelantar materia. ¡Y lo dicen un mes después de que los
profesores se hayan buscado la vida para seguir avanzando materia!
En cuanto al tema de regresar a las aulas, algo que he escuchado hasta la saciedad estas
semanas, creo que antes de proponer reabrir las aulas, se debería plantear la manera
adecuada de que los menores, y estudiantes en general, puedan salir a la calle y respirar aire
puro. Mis hijos llevan treinta y seis días sin salir de casa. ¡36! He hablado con otros padres y
todos empiezan a decir que la situación se les empieza a hacer cuesta arriba. Creo que en
esta crisis, los estudiantes han sido el colectivo más descuidado y maltratado, donde todos sus derechos se han visto menoscabados (los perros han tenido más derechos que ellos). Y, a pesar de
ello, nuestros hijos nos han dado toda una lección de saber estar, de compromiso y sacrificio.
Desde el principio se han adaptado sin protestar a la situación y se han buscado la vida para
entretenerse, comunicarse, seguir con las clases, hacer las tareas y entregarlas a su debido
tiempo, colaborar en casa, estar alegres y apoyarnos en todo.
El momento de regresar a las aulas llegará cuando tenga que llegar. Este curso o el próximo y
nuestros hijos se adaptarán igual de bien a las circunstancias, como han hecho hasta ahora. Y
no serán más tontos por haberse perdido unas semanas de clases. Muy al contrario, creo que
la enseñanza y la experiencia que están teniendo de la vida, con esta crisis sanitaria, vale más
que todas las materias y todos los conocimientos que han tenido en mucho tiempo. Algunos
han propuesto que todos repitan este curso, que se abran las aulas en julio… ¡Buf! Creo que no
hace falta comentar nada de esto porque iniciativas de este tipo se caen por su propio peso.
¿De verdad después de tantos días de confinamiento queréis meter a nuestros hijos en los
colegios en julio? ¿De verdad creéis que nuestros hijos y profesores han estado de vacaciones
estos días?
En cualquier caso, no creo que ahora se den todavía las circunstancias sanitarias favorables en
España para plantearse el asunto de regresar a los colegios . Si como nos han
dicho (empiezo a no creerme mucho de lo que nos dicen), ellos son los que menos síntomas
desarrollan y los mayores transmisores, hay que ser cautos.
La evaluación de este curso se puede hacer perfectamente con las dos evaluaciones que ya
han concluido. En cuanto a la tercera, se puede evaluar con los exámenes que
se habían hecho hasta antes del confinamiento y los trabajos que los alumnos están
entregando desde sus hogares. Para los alumnos que tienen suspendida alguna asignatura en
alguna evaluación, ¿sería tan descabellado poner los exámenes de recuperación,
excepcionalmente este curso, en septiembre, como se ha hecho toda la vida?
Y si hay algún alumno que tiene que repetir curso porque lo necesita para alcanzar el nivel que
debería para el año que está cursando, no dudo que los profesores plantearán este hecho en
propio beneficio del alumno y no hace falta que esté suficientemente argumentado para que
se acepte, ni que vengan a decir que esto tiene que ser muy excepcional.
Creo que ante todo sino deben primar los criterios de ayuda para el alumno y sus necesidades
educativas para alcanzar y explotar el máximo de sus cualidades y aptitudes. Y si para eso necesita repetir curso, que se le explique así.
Y por favor, que los esfuerzos se centren en este momento en los centros y en los alumnos en
los que los recursos y su situación familiar, económica… es más desfavorable. Pero en esto ya vamos tarde.
En todo caso, desde aquí mi admiración por este binomio que han creado profesores y alumnos. Chapeau. Hoy mi aplauso va para ellos.
Pd.- (Y por favor, dejen salir un poco a los estudiantes y no solo a los menores de 12 años. Se lo merecen. Lo necesitan).