
¡Real, Real, Real!
Aunque su nombre hace referencia a la suerte, la vida de Fortún Garcés se puede considerar de todo menos afortunada. Fue rehén de los vikingos en 859 y prisionero del emir Muhammad I en Córdoba durante veinte años. En las crónicas árabes aparece nombrado como al-Anqar, el tuerto. En las cristianas, como el Monje. Regresó a Pamplona en 880 y se encontró un reino totalmente desconocido. En el año 905, Sancho Garcés, con la connivencia de Alfonso III de Asturias, el conde Pallars y el conde Galindo Aznar II de Aragón, le arrebató la corona. Octogenario, cansado y agotado, se retiró al monasterio de Leyre, donde murió.
• Tiene una calle dedicada en Cintruénigo y otra en Nájera.
• El Hotel Los Siete Reyes, de Ainsa (Huesca), tiene una habitación con su nombre.
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