viernes, 10 de mayo de 2019

Tras las huellas de... Berenguela (Anexo)

La serena efigie de Berenguela

Tumba de Berenguela. B.P.
Una sencilla inscripción en el suelo de piedra señala la entrada a la salla Capitulaire en la abadía de L´Épau. El recogimiento del lugar invita a pasar al interior, donde se encuentra la efigie tumbal de Berenguela, datada en la segunda mitad del siglo XIII. Se trata de una tumba de 2,18 metros de largo por 0,67 de ancho. En ella se ve a una Berenguela serena, tallada con los ojos abiertos, los labios sin terminar de sellar y una sonrisa tan enigmática como la de la Mona Lisa. Está retratada con el pelo suelto y su vestido, según concluye Agnes Strickland en Lives of the Queens of England fron the Norman Conquest, sería el de bodas, en cuya parte superior adorna con un rico broche. “… el velo está sujeto por una diadema real, de un esplendor muy particular, adornado por varias bandas de piedras preciosas, encima de las cuales se puede ver una serie de flores de lis a las que se les ha añadido un gran follaje, para dar la apariencia de una doble corona; tal vez porque ella fue coronado como reina de Chipre al igual que de Inglaterra”, expone Strikland. A sus pies descansan un león y un perro, en una actitud difícil de interpretar, ya que no se sabe si el león protege o ataca al perro.
Lo más llamativo de esta escultura es la caja que Berenguela sostiene entre las manos, en actitud de mostrarla. En esta caja, que podría representar un libro o un relicario, se puede ver una escultura en miniatura de la propia reina, franqueada por dos grandes cirios. 
A lo largo de la historia, el monumento ha sido desmontado y montado hasta en ocho ocasiones. En 1672 se llevó a cabo una primera restauración y fue movido de su lugar original, pasando a ocupar el centro del coro. “En frente del altar mayor”, indica Niaussat. El 2 de diciembre de 1821 su tumba se trasladó a la catedral de Saint-Julien de Le Mans y se colocó en el transepto este. En 1980 se decidió trasladarlo de nuevo a la abadía, ocupando primero una de las capillas del transepto y después la sala capitular donde se puede visitar hoy en día. Esta última decisión fue tomada porque en ese lugar apareció una tumba misteriosa, cuyos restos dijeron que eran los de la reina.
Interior de la abadía de L´Épau. B.P.
A finales del pasado mes de junio, un equipo arqueológico inició un estudio pormenorizado de la tumba de la reina con la idea de llevar a cabo una restauración y trasladarla definitivamente a su lugar originario. Según publicaba Olivier Renault en la edición digital del Ouest France en informaciones del 30 de noviembre y 15 de diciembre del año pasado, el informe llevado a cabo por la historiadora del arte, Bénédicte Fillion-Braguet, sugería reparar las zonas de su brazo izquierdo, su mano derecha, la nariz y la corona.

Aunque existen algunas trabas burocráticas sobre a quién correspondería llevar a cabo el traslado de la tumba a su lugar originario (la efigie pertenece a Patrimonio y la titularidad de la abadía, al Consejo Departamental de Sarthe), la idea, según manifestaba Dominique Le Mèner, presidente del consejo del condado de Sarthe, en el Ouest France, es que se lleve a cabo el próximo mes de junio, coincidiendo con el aniversario de la adquisición de la abadía por el Consejo Departamental de Sarthe.


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