domingo, 14 de diciembre de 2008

La libertad de expresión

Mucho es lo que se está escribiendo estos últimos días sobre la frase de Tardá "Muerte al Borbón". Muchas son las voces que han enarbolado la bandera de la libertad de expresión para justificar su pronunciamiento. Yo misma estoy a favor de la libertad de expresión. Sin ella, mi profesión no sería sino pura falacia.
No voy a entrar en la intencionalidad de la frase (ni siquiera creo que me importe, porque sólo él sabrá lo qué quiso decir), pero creo que en todo este asunto se está olvidando algo muy importante: la RESPONSABILIDAD.
Todo el mundo tiene derecho expresar con libertad sus ideas y a decir lo que a su buen juicio quiera. Pero todo ello ha de ser desde la responsabilidad. Tardá ejerció su derecho a decir libremente lo que quiso. Pero puesto que lo hizo libremente, nadie más que él tiene la responsabilidad de acatar las consecuencias que se puedan derivar de ello. (Y con esto no quiero decir que deba haber consecuencias, para eso ya están los legisladores). 
A mí me han enseñado que toda acción tiene su reacción. Igual que cuando se juega al billar y al golpear una bola, ésta choca contra otra u otras y las desplaza de sitio. 
Creo yo (y que me corrijan se estoy equivocada), que el desconocimiento de una ley no exime de su cumplimiento. Pues con esto de la libertad de expresión pienso que es lo mismo. Uno puede expresar libremente lo que quiera, pero sabiendo que su ejercicio puede tener consecuencias. Y que, en ningún caso, nadie intente ampararse en la libertad de expresión para eludir las consecuencias de lo dicho.

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